Las primeras repercusiones en el gremio docente tras la sorpresiva aprobación de la Ley de Educación, fueron una mezcla de indignación e impotencia. Un grupo de gremialistas se acercó a la sede legislativa cuando ya todo estaba definido, y llovieron algunas piedras sobre el recinto al que no pudieron acceder.

En Río Grande los docentes se convocan y analizan escrachar las casas de algunos de los legisladores, siendo el mayor descontento con la posición de la legisladora de extracción docente, Laura Rojo, quien dijo que la ley no salía hasta el año que viene.
Un grupo de referentes sindicales fue arribando con la sesión legislativa en sus últimos instantes, cuando ya había sido aprobado el dictamen de la Ley de Educación, a fin de manifestar su descontento en este sentido.

Los representantes de SUTEF se encontraron con una férrea barrera policial que les impidió el ingreso al predio, por lo que algunos optaron por arrojar algunas pedradas, retirándose los legisladores por el fondo del edificio.
Mientras tanto en Río Grande, y a través de las redes sociales, los referentes sindicales manifiestan su descontento e incluso algunos convocan a analizar la posibilidad de “escraches” en domicilios particulares de los parlamentarios, en una medida que cayó como un balde de agua fría en el sector.

Todos contra Rojo

En cuanto al descontento con muchos de los integrantes de la cámara legislativa, desde el SUTEF apuntaron particularmente a la figura de la legisladora Laura Rojo, quien unos días antes vaticinó el tratamiento de la Ley recién el próximo año.

Ni siquiera la ya desgastada relación del sindicato docente con la figura de la ex ministro de Educación y legisladora Amanda del Corro, opacó el descontento generalizado hacia Rojo quien, además de ser de extracción docente, habría comprometido a los sindicalistas a no tratar el asunto.

Sin reparo de ello, hoy fue una de las diez manos en alto para aprobar el dictamen. (Actualidad TDF)

Viernes, 5 de diciembre de 2014