CASO PADRON
Desgarrador testimonio de Sofía Ávila, quién mató a su pareja para defenderse
La joven acusada, está detenida desde el mes de marzo, por asesinar a su pareja Juan Manuel Padrón. Ávila le pidió a la jueza que escuche su verdad y la Doctora Rosana Suarez viajó desde Río Gallegos a Buenas Aires, para escucharla por primera vez. Su testimonio fue desgarrador describió cómo fue su relación con Padrón y cómo se desencadenaron los hechos la madrugada del crimen.
Doloroso, no hay otra palabra para describir el testimonio que Sofía Ávila, detenida por asesinar a su pareja Juan Manuel Padrón la madrugada de marzo del 2021, realizó el 13 de octubre, frente a la jueza Rosana Suarez, quien viajó desde Río Gallegos a Buenos Aires, para escucharla por primera vez.
Su declaración duró tres horas. Suarez la escuchó atentamente, vio por momentos, como Sofía se quebraba y lloraba al recordar “el calvario” que vivió junto a Padrón. Si bien, la querella cree que es una estrategia por parte de la defensa. Lo cierto es que Sofía tardó siete meses para poder hablar. Lo pudo hacer con ayuda de un tratamiento y cuando se sintió segura, pidió ser escuchada.
Sofia y Suarez se sentaron frente a frente, en el Centro de Rehabilitación donde la primera se encuentra detenida y con una tobillera realizando un tratamiento. La acusada hizo referencia a la imagen que se creó en el subconsciente de más de uno, la misma que hace que hoy sea señalada como un “monstruo”. A pesar de ello necesitaba contar su verdad.
Esta joven no niega lo que hizo, solo quiere que entiendan las razones y en qué circunstancias se desencadenó el trágico final. “No miento, acá estoy, dando mi versión de los hechos”, en compañía del Dr. Matías Gutiérrez y la Dra. Mariana Barbitta. La joven entiende que sólo se defendió: “de una agresión y de una situación de violencia que venía padeciendo”.
Nunca quiso que el resultado fuera el que fue, pero ahora que no puede volver el tiempo atrás: “Quiero que entiendan mi situación y no se me obligue a seguir sufriendo sin poder encaminar mi vida hacia un ambiente más sano”.
Una relación invadida por la violencia
Con detalles, Sofía describió cómo fue su relación con Padrón, a quien conoció por Facebook, entre septiembre u octubre de 2019. Ella sabía que él era el ex de su amiga, con quien tenía una hija en común.
Empezaron a hablar con frecuencia y de manera normal. Por aquel entonces ella estaba de novia con Rodolfo, con quien llevaba una vida alejada del consumo hacía un año. En ese momento tenía planeado un viaje con su hijo Jeremías a Puerto Madryn, iban a ir de vacaciones en enero de 2020. Juan Manuel lo sabía y acomodó las fechas para coincidir con Sofía, lugar donde: “Nos vimos por primera vez”.
Recordó que la invitaba a cenar, a tomar algo y después: “No me lo pude sacar de encima. Estando en Puerto Madryn me lo crucé, desde que llegué y lo vi me quedé compartiendo el lugar con él y su hija. Los días posteriores noté como me buscaba, me manipulaba para que me quede a su lado, me costaba mucho salir de esa situación. Pasé muy pocos días sola con mi hijo Jeremías. Pero, además, noté la dependencia que Juan Manuel tenía con el alcohol”.
Cuando regresó a Río Gallegos, tenía planeado un viaje al exterior con Rodolfo, su novio hasta ese momento. Antes de viajar: “Juan me decía que me iba a esperar, que él no tenía nada, pero sí un corazón enorme. Me fui 15 días con Rodolfo a Brasil, cuando volví Juan Manuel estuvo desde el primer momento, me decía que me extrañaba y que me quería ver. Me fui alejando de Rodolfo, de un día para otro no lo vi más, dejé mi vida ordenada y empecé a vivir la vida de Juan Manuel”, narró.
En otro tramo de su declaración le contó a la letrada que: “Él, empezó a invadir mis espacios, a vivir en mi casa, a usar mi camioneta, dejé de ir a trabajar a la peluquería, de ver a mi familia y volví a consumir cocaína. Mi hijo se empezó a sentir invadido y molesto, ya no estaba cómodo. Peleaba todo el tiempo con Juan Manuel sobre qué se miraba en la tele, quién dormía con mamá o de quién era mamá”.
Su hijo le empezó a exigir tiempo que no le podía dar, ya no tenía a su mamá para que le cocine, para dormir juntos, ni para ir a pasear. Se terminó sintiendo tan incómodo que, con tan solo 5 años, le pidió a su papá que lo vaya a buscar. Sofía entendió que eso era lo mejor para él porque no la estaba pasando bien. A partir de ese momento, lo empezó a ver menos y “Juan Manuel se empezó a mostrar cómo era, un borracho. El consumo de alcohol empezó a ser diario”, recordó.
Abuso sexual
Sofia, aseguró que Juan Manuel la incentivó a beber: “Yo no aguantaba llegar al estado de embriaguez que alcanzaba él, no estaba acostumbrada a vivir así. En esas ocasiones, después de pasar la noche divirtiéndonos, caía muerta en la cama, me dormía rápidamente, fue en ese momento cuando comenzaron los abusos sexuales”. Al principio, Sofía los dejaba pasar, los minimizaba, pero llegó un momento en que las agresiones sexuales se hicieron costumbre.
“Me empezó a administrar pastillas cada vez que bebíamos alcohol, decía que así estábamos en la misma sintonía. Cada vez me daba más pastillas, me las metía en los tragos, hasta llegar al punto de terminar acostada, tirada en la cama, sin sentir, dopada. Funcionaba para no sentir dolor”, expresó.
Su relato fue cada vez más fuerte, su “calvario” se incrementaba día a día: “Le gustaba cuando perdía el conocimiento, me daba más pastillas, probaba que tan consciente estaba. Cuando empezábamos con una cervecita en el almuerzo, esto seguía por la tarde. Cuando me despertaba, al día siguiente, mi casa era un caos, la cama estaba corrida, sus dedos estaban marcados en mis brazos con moretones y mis partes íntimas adoloridas. Así fue aumentando todo, a él le gustaba eso”.
Respecto a estos abusos que Sofía denunció, fueron desmentidos por Jovita Vivar, representante de la querella, quien sostiene que la joven miente porque así lo dicen los estudios forenses.
La violencia no cesaba
En cuanto a su relación amorosa, describió que: “Al principio era encantador. Pero a medida que fueron pasando los días se empezó a mostrar psicópata”. Sofía en su declaración, expresó que solo recuerda: “Momentos horribles”, agregando que Padrón la usaba para obtener dinero con otros hombres. “Me incitaba a salir con ellos diciendo que yo podía sacarles mucha plata, tenía que seducirlos para que me dieran dinero, y él se reía de ellos, me decía: “este viejo tiene plata, chamuyalo, te llevo a su casa, pero que no se enamoren, mira que me pongo celoso”, aseguró que Juan Manuel la “obligaba a prostituirse” porque lo que cobraba: “No le alcanzaba para pagar la cocaína que él consumía”.
La violencia, al pasar los días, los meses, fue en aumento hasta el punto que: “Terminaba inflada, desfigurada. Se fue agravando a medida que pasaba el tiempo. Al principio me sentía “chiquitita” para responder, me dejaba hacer lo que él quisiera, me usaba, usaba mi celular, no me dejaba salir con mis amigos, si algo no le gustaba me hablaba mal, me insultaba, me trataba de puta, me escupía, me hacía sacarme la ropa y me violaba como quería”, expresó.
La imagen que le quedó a Sofía de Padrón es: “Borracho, sin remera y descalzo. Con mala cara, cuando algo no le gustaba me escupía, me insultaba, y con el tiempo dejé de aguantar tanto sin reaccionar, no me quedaba callada”. Agregando que: “Él se paraba, me empujaba, yo lo empujaba, él me agarraba del cuello o me revoleaba al piso, me levantaba enojada y era peor”.
Cuando Sofía se animaba a reaccionar y se ponía firme empezaba el forcejeo. “Entre sus escupidas y empujones intentaba hacerle frente, me daba piñas en la cabeza, así no se notaban, si podía me defendía con las uñas”. Pero cuando ya no podía levantarse, tirada en el piso le pedía: “por favor mi amor, te amo, basta y él me decía dale puta, levantate, vení, sentate”, recién ahí frenaba y me ayudaba a levantarme”.
La mayoría de las veces a Sofía le era muy difícil salir de las situaciones de violencia. Pero cuando podía, se iba a la casa de su hermana y se quedaba unos días ahí, “hasta que se le pase la bronca”.
La noche del crimen
En cuanto a la trágica noche, Sofía tiene un recuerdo de Juan enojado. Se recuerda sentada en una silla, ida y sin reacción: “Él me dio una pastilla más y me puso una botella de vino en la boca para que la trague, cada vez recordaba menos”, indicó.
Sofía le contó a Suarez que recuerda muy poco de esa noche, tiene imágenes de estar en su habitación peleando, luego se ve en el sillón y a Juan “teniéndome la cabeza, dejándome sin aire, no podía respirar. No sé de dónde, ni cómo, pero tuve fuerza para reaccionar, empujarlo, me caí del sillón y estando sentada o casi parada me dio una piña muy fuerte en la cabeza. No daba más, era muy fuerte ese dolor, mientras me caía y no podía mantenerme en pie fui para el lado de la mesa, él me sujetó y cuando logré separarme le clavé el cuchillo que estaba arriba de la mesa”.
En esos minutos Sofía sintió que se le había pasado el efecto de todo, recordó que: “Cuando cayó dijo Sofi, Sofi y no volvió a hablar, me tiré encima de él, le pedí que por favor reaccione, que sabía que estaba vivo, que deje de jugar. Pero me di cuenta que lo había matado”.
Gateando y sosteniéndose de las paredes le gritaba a su hermana que la ayude, que lo había matado: “Me quedé encima de él y no podía salir de su lado, le decía que lo amaba. Cuando llegó la policía me llevaron a la cama de mi hijo y me taparon con una frazada, me cambiaron y me pusieron las esposas para irme. Cuando salí de la habitación el cuerpo ya no estaba y sentí que se me venía el mundo abajo”.
Sofía sólo espera que la Jueza, lea con atención el escrito que contiene su versión de los hechos y lo tenga como parte integrante de su declaración, produzca la prueba que ofreció y luego le dicte el sobreseimiento, ya que ella y su defensa entienden que los hechos que se le imputan se enmarcan en un claro caso de legítima defensa en contexto de violencia de género.
Martes, 9 de noviembre de 2021
|