Sentimientos de profunda tristeza invadieron a centenares de personas que al promediar la tarde del viernes acudieron a la playa Las Roquitas, ubicada en el acceso norte de Caleta Olivia, para arrojar al mar los restos convertidos en cenizas del psicólogo Nelson Ariel Ledesma.

El profesional tenía 40 años y una semana antes había decidido quitarse la vida. Estaba impedido de trabajar en su profesión debido a la suspensión de su matrícula por parte del Colegio de Psicólogos de Santa Cruz. Además, mantenía un pleito legal con una mujer que lo había denunciado acusándolo de una cuestionada falta de ética. A esas situaciones se había sumado el reciente fallecimiento su padre.

El cuerpo de Ledesma fue hallado dos días después que desapareciera. Estaba en una playa distante a unos veinte kilómetros de la zona urbana. El caso conmocionó a la comunidad de Caleta Olivia. Así, a Las Roquitas acudieron no solo amigos, sino muchas personas que fueron sus pacientes y otras que no lo habían conocido personalmente pero quisieron solidarizarse con sus familiares.

El respetuoso silencio, solo fue interrumpido por el sonido del viento, los golpes de olas contra la saliente de restinga y apagados sollozos, mientras se arrojaban las cenizas y decenas de flores al mar.

FAMILIARES PIDEN JUSTICIA

Antes ello se escuchó una poesía que poco antes de fallecer dejara grabada su padre Lidio y también habló ante todas las personas que la rodeaban, su madre Marta Rung, quien expresó el dolor que se siente ante la pérdida de dos seres queridos en solo una semana.

Al referirse a su hijo Nelson, dijo que fue víctima de “una maldad muy grande” pero no pedía venganza sino justicia “para que se limpie el buen nombre de nuestro hijo”.

Luego, la hermana del psicólogo, Dafne, agradeció el inmenso “cariño, amor y afecto que recibimos de muchas personas”, parte de las cuales “ha venido hoy a acompañarnos y darnos su palabra de aliento”.

“Nelson era un chico exitoso, apasionado, amaba su profesión y asistía sus pacientes con la mejor predisposición”, pero lamentable y paradójicamente “quienes le hicieron daño fue gente que él mismo ayudó a conseguir trabajo; incluso decían ser sus amigos y hasta eran compañeros de compartir algún asado, por eso lo embargó una gran desolación” cuando le suspendieron la matrícula, señaló.

“Le cerraron todas las posibilidades de trabajo y por ello imagínense la pena que tenía en su corazón y en su alma, a tal punto de decidir que su única escapatoria era la muerte”, afirmó Dafne, revelando que Nelson le había dicho a su madre que no le dejaban opciones aquella gente que le quitó “la posibilidad de trabajar para ganarse el pan” en la ciudad que amaba.

“Lo hicieron por saña, bronca resentimiento”, describió, al tiempo que aseguró que fue una mentira la denuncia sobre falta de ética que hizo una mujer ante el Colegio de Psicólogos. (Fuente: El Patagónico)

Lunes, 2 de diciembre de 2019