TRIPLE CRIMEN
Empresario de Puerto San Julián implicado en el narcotráfico
El descubrimiento en un depósito de muebles de Belgrano disparó una nueva ola de operativos y nuevos sospechosos, entre ellos un empresario de la localidad de Puerto San Julián.
El primer hallazgo fue un año atrás en un depósito para guardar muebles en el barrio de Belgrano. El dueño del lugar decidió abrir dos bauleras por la falta de pago, previa denuncia judicial. Los inquilinos, un hombre y una mujer mexicanos, habían desaparecido un año antes. Cuando la Policía llegó al lugar se sorprendió con el resultado: más de 150 kilos de efedrina y 6 kilos de cocaína. Ese operativo, guardado bajo siete llaves, fue la punta del iceberg para reactivar la investigación sobre el Triple Crimen. En la últimas horas se realizaron 15 allanamientos y se detuvieron a 11 personas.
La efedrina estaba escondida desde 2008, según los registros del depósito. El pago del alquiler se hacía siempre por transferencia bancaria. Pero de repente se cortaron los pagos. Y comenzaron las sospechas.
Cuando la Policia llegó al lugar se encontró con más de 150 kilos de efedrina, un precursor químico utilizado para la producción de drogas de diseño. "Eran 6 barriles de 25 kilos, 5 frascos de 1 kilo cada uno y una bolsa con otros 3 kilos", explicó una fuente de la investigación.
Lo llamativo es que también había 6 kilos de cocaína de máxima pureza y 122 botellas de vino. Se cree que la droga iba a ser traficada en esas mismas botellas.
La División Precursores Químicos de la Policía de la Ciudad hizo los operativos hace un año y puso en conocimiento al juez Julián Ercolini, de turno en ese momento, pero la causa terminó en el juzgado de María Servini, que tiene la investigación del Triple Crimen desde comienzos de 2016.
A partir de ese momento, los investigadores trabajaron en silencio para armar el rompecabezas. Algo similar había ocurrido en 2016. En aquella ocasión se hallaron 250 kilos de efedrina escondidos en un galpón aledaño al aeropuerto de Ezeiza. La Justicia allanó ese lugar a partir de un dato suministrado horas antes por el entonces titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión.
A partir del hallazgo en el depósito del barrio de Belgrano comenzó una investigación que desencadenó en 15 allanamientos y 11 detenciones. Pero los operativos todavía están en marcha y podría haber novedades en las próximas horas.
Entre los detenidos está Cristian Heredia, un profesor de educación física del club Liniers y amigo de Leopoldo Bina. En ese club se dieron varios de los encuentros con las otras víctimas.
Heredia compraba anabólicos para algunos de sus clientes en el gimnasio. Uno de esos clientes era Silvio Salerno, primo de Jose Luis Salerno y socio de Damián Ferrón.
“(Heredia) estaba a cargo de un gimnasio en el que entrenaba Bina, a Ferrón lo conoció en un boliche y luego éste le traía medicamentos para quemar grasas y otros de una farmacia de Juan B. Justo y Nazca, después no trabajó más ahí y mandó a Gustavo. Ferrón y Bina se reencontraron en el gimnasio, se conocían de antes, quedaron en hacer un almuerzo en el Club Liniers, Damián vino con Forza y ahí lo conoce Leo”, describe la sentencia del Tribunal Oral de Mercedes que condenó a los hermanos Lanatta y a Víctor Schilacci.
Otro de los detenidos, según pudo saber Infobae, es Jorge Omar Lazota, un empresario de Puerto San Julián, una pequeña localidad de Santa Cruz, que tuvo vínculos y participación activa en la política.
En la investigación consta que estuvo vinculado a la política en la localidad de Almirante Brown. Hace tiempo ya había regresado a su ciudad natal, donde tiene un complejo de cabañas y otros negocios.
Lazota habría sido con el mexicano Rodrigo Pozas Iturbe, detenido en 2016 y condenado el año pasado a seis años de prisión como integrante de una asociación ilícita que traficaba cocaína a Europa por medio de “mulas”. (Fuente: Infobae)
Viernes, 14 de junio de 2019
|