Rio Gallegos - Santa Cruz. 24 de Noviembre del 2024
CASO MARCELA CHOCOBAR

“Marcela estuvo bajo el control y dominio de los actos de violencia de los imputados”

Así lo expuso el Dr. Carlos Muriete, en los alegatos que se llevaron a cabo ayer, en la quinta jornada del juicio oral por el crimen de Marcela Chocobar. Muriete solicitó la pena de prisión perpetua para Oscar Biott y para Ángel Azzollini por el delito de: “Travesticidio”.



Como estaba previsto, ayer se llevó a cabo la quinta jornada del juicio por el transfemicidio de Marcela Chocobar, audiencia en el que las partes iban a escuchar al perito de parte, de Oscar Biott, pero éste no se presentó por problemas de salud, y el defensor oficial Santiago Lozada desestimó que el informe se dé a conocer por lectura.

Al no presentarse el perito, el juicio comenzó con los alegatos. El primero en exponer fue el Dr. Carlos Muriete –representante de la querella- quien manifestó que tanto Biott como Azzollini fueron acusados de interceptar la madrugada del 6 de septiembre del 2015, en la parte externa del local de Russia a Marcela Chocobar, cuando se movilizaban en un Renault 9 de color rojo. La invitaron a subir para llevarla a su casa de Gregores 650, con la finalidad de mantener sexo, y una vez que reconocieron su condición de género, y con un alto grado de violencia le quitaron la vida por el motivo de odio de género.

La querella entendió que la circunstancia, el contexto y modo de comisión del hecho permitieron concluir que el homicidio fue motivado por la condición de mujer trans de Marcela, para luego mutilar el cuerpo, ocultarlo a los efectos de obstaculizar la investigación, y lograr su impunidad, agregando que el mensaje que se dio con el desmembramiento del cuerpo: “Fue de tipo expresivo, es decir cuando el asesino tiene un fin de mostrar, y atemorizar con su obra con una base psicopática y sádica”.

Por otro lado, y antes de hacer hincapié en las versiones de los imputados, Muriete se refirió a la estructura psíquica de Biott y Azzollini quienes utilizaron el mecanismo de defensa de la renegación de la realidad, es decir que no solo se niegan, sino que “Utilizan la renegación para todo aquello que puede ser visible para todo”, explicando que en el caso de Azzollini, éste dio una versión en instrucción con una serie de detalles. Después en el juicio contó otra versión negando la primera, con contradicciones. Ya en su tercera declaración negó la segunda: “Es un mecanismo de defensa, se crea una realidad para ocultar el delito en el que ellos estuvieron involucrados”, afirmó.



Las versiones de Biott y Azzollini

En este marco, Muriete fundamentó su alegato con las pruebas que existen tanto en la instrucción, como las que surgieron en el juicio. Respecto a Azzollini, éste reconoció ser el dueño del auto en el que se subió Marcela, que subieron a Marcela en ese auto sin darse cuenta que no era mujer, y que fueron a la cabaña para tratar de intimar, pero no pudieron. Por su parte Biott dijo que la habían subido con la idea de que mantenga relaciones con Azzollini, y que el precio era de $2.000 por mantener sexo con Azzollini, y que se fueron a la cabaña.

En otra versión narrada por el propio Azzollini, éste dijo que Biott se quedó con Marcela en el auto, y que cuando regresó le contó que había matado a Marcela, esta declaración la realizó Azzollini en la etapa de instrucción, pero en el juicio manifestó: “Parece que la había matada”.

También, dijo que Biott llevó a Marcela entre el Barrio Bicentenario I y II, donde apareció el cráneo, en ese lugar la golpeó hasta dejarla inconsciente, pero aseveró que “parece que la mató”. En otro marco de su declaración también realizada en la instrucción Azzollini contó que Biott tenía el pantalón, las zapatillas y sus manos manchadas con sangre, y que él decidió quemar las prendas. Pero en su declaración formulada en el debate, manifestó que el fuego lo había iniciado Biott, y que éste después llegó con las prendas, las quemó, y no supo explicar si estaban manchadas con sangre.

Respecto a las veces que regresaron al lugar donde supuestamente Biott dejó a Marcela, Azzollini, manifestó que el lunes por la noche regresaron, no encontraron nada, y que regresaron el martes para: “Hacer desaparecer el cuerpo, y que llevaron elementos para descuartizar el cuerpo”, pero esto no fue lo que declaró en el juicio, ya que dijo que volvieron al lugar tres días seguidos, para auxiliar a la víctima. Luego manifestó que en los días siguientes vio la foto en los diarios, y tomó conocimiento que era travesti, y que el jueves también vio la noticia donde aseveró que habían encontrado el cráneo”. Para Muriete su relato fue “totalmente falaz”, toda vez que el cráneo se encontró siete días después, el 14 de septiembre del 2015.

Por su parte Biott en el juicio declaró que el día 6 de septiembre subieron a Marcela, para que Azzollini mantuviera relaciones sexuales, pero Azzollini dijo que lo había dejado a Biott para que lo haga porque era su cumpleaños. En tanto Biott dijo que fueron a la cabaña, que Azzollini no podía tener relaciones porque estaba descompuesto, y decidió llevar a Marcela a su casa, para no tener problemas. Pero sin embargo según su relato el llevaba a Marcela a un lugar donde hay una cocina de cocaína, pese a no querer tener problemas la llevaba a una cocina de cocaína, que en el camino Marcela le indicó que la lleve a los 400 departamentos, y después al Barrio San Benito, y en todo el trayecto lo golpeaba constantemente con un elemente contundente que llevaba en su cartera.

Una vez en el San Benito, expresó que Marcela intentó sacarle el dinero de su billetera, y allí donde se produce una pelea donde él se da cuenta la condición de género de Marcela, a quien denomina como travesti por sus golpes, y que después él la golpeó, la dejó inconsciente, y luego decidió regresar al lugar para auxiliarla porque sabe de primeros auxilios, y no la pudo encontrar.

Muerte violenta

Muriete no solo tomó como pruebas las versiones contradictorias de los imputados, para fundamentar su postura, sino además hizo hincapié en los informes de ADN, pericias psicológicas, y forenses.




Para ello, expuso que el 14 de noviembre se realizó el hallazgo del cráneo en el Barrio San Benito y de las prendas de vestir de Marcela, y sentenció que se pudo constatar que su muerte fue violenta a través del informe forense, el que determinó que el cráneo tuvo una decapitación post mortem, la causa de la muerte no se vio en el cráneo. En cuanto a los actos de despellejamiento de la cara y del cabello para la querella no fue un acto de ocultamiento, sino un acto de ira narcisista sádico, agregando que en el informe de ADN se pudo sacar un perfil genético determinándose que ese cráneo era de Marcela Chocobar.

Pero además del cráneo se pudo determinar una pericia muy importante que demuestra la falsedad de la declaración de Biott y de la coartada que él utilizó, porque se hizo un estudio de muestra del cerebro en el que se determinó que no se detectó la presencia de psicofármacos o drogas, resultado que tiró por tierra la coartada de que iban a una cocina de cocaína, y los dichos de Cindy –mejor amiga de Marcela-, cuando quiso ensuciar la investigación y dijo que Marcela consumía cocaína, y en la pericia no hay rastros de sustancias, por lo tanto Marcela nunca se drogó con tal sustancia, y no hay ninguna cocina de cocaína. Con esas pruebas Muriete llegó a la conclusión que Biott cuando estaba trasladando a Marcela al San Benito, estaba llevando el cuerpo.

Respecto al análisis de ADN se determinó que el sacó negro que llevaba puesto Marcela, que fue reconocido por Biott, y por la sobrina de Marcela, se pudo obtener perfiles genéticos de tres personas de sexo masculino, uno correspondía al de Marcela, otro a Biott, y un tercero desconocido.



Por otro lado, Muriete hizo mención a la pericia psicológica, respecto a Azzollini, dijo que expresa emociones compulsivas, sin eliminar la realidad, tiene rasgos narcisistas que ubica al otro en un lugar de objeto para satisfacer sus necesidades. Por su parte Biott es una persona malhumorada, irritable poco amistoso, y negativa, tiene un vínculo conflictivo con los otros, y sus vínculos tienen como objetivo satisfacer sus necesidades narcisistas, y tiene características psicopáticas, y los licenciados en psicología pudieron determinar en relación con las pericias psicológicas que el homicidio es compatible con un comportamiento de furia narcisista, típico con la figura de Biott, y han implementado un episodio de ira que ha sido continuada con acciones para corregir el error y deshacerse de la responsabilidad a cualquier precio y modo, sentenciando que el inicio del ataque ha tendido directamente concebir a Marcela como un objeto antes y después de su muerte, explotando una ira de reacción típicamente narcisista de odio de género al momento del ataque y de producida su muerte. A este informe se le suma la pericia psiquiátrica la que concluyó en que ambos imputados pueden comprender y dirigir sus acciones, como así también que pueden atravesar el proceso penal.

Vinculación con los hechos

En cuanto a la vinculación de los imputados con los hechos, Muriete, explicó que la instrucción creó una comisión policial investigadora la cuál a través de investigaciones, de distintas pericias informática, de detectives, se determinó que la investigada por droga no era Marcela, sino que el investigado por la venta de estupefacientes era Azzollini y la casa de Gregores 650, por orden del Juzgado Federal, otra prueba que “tira por tierra la coartada de Biott que dijo que la vendedora era Marcela, cuando hay un expediente judicial de que ellos estaban siendo objetos de una investigación por una causa de narcotráfico”.

Testimoniales



Muriete, además indicó que otras de las pruebas son la testimonial de Gabriela Macías quien se contacta con la ex pareja de Biott, ésta le contó que tenía datos, y que sospechaba que su ex pareja podría haber estado involucrado en la muerte de Marcela, ya que ellos –por Biott, Azzollini y Fioramonti-, usaban el auto que se estaba buscando, y que pertenecía a Fioramonti. En tanto Daniela Juárez -ex pareja de Biott-, destacó en su testimonio las conductas violentas del imputado, y los regalos que le hacía.

Otro de los testigos Lucas Moreno, para quien trabaja Biott en el Barrio San Benito, obra a la que fue llevado por Fioramonti –amigo de Moreno-, éste contó en el juicio que Fioramonti le dijo que Biott estaba involucrado en la muerte de Marcela. Heim –amigo de Azzollini-, considerado por Muriete como un testigo importante, ya que estaba al tanto de la historia secreta que tenían los acusados, relató en el debate que Azzollini le confesó que Biott “mató a un puto” utilizando un lenguaje de odio y discriminador, y que él había colaborado. En tanto el testigo Ramón Laza ubicó a Biott y a Azzollini en la cabaña en el horario en el que desapareció Marcela. Estos testimonios fueron fundamentales para vincular a ambos imputados con la desaparición y muerte de Marcela, quien “Estaba bajo el control y dominio de los actos de violencia de los acusados”.

Participación criminal



Por otro lado, la querella entendió que los elementos de prueba que enunció, y los que se reconstruyeron en el debate son suficientes para responsabilizar penalmente a los imputados como autores de la muerte de Marcela Chocobar, ya que las circunstancias, el contexto, y modo de comisión del hecho hacen suponer que desde un comienzo había estado motivado por la condición trans de Marcela. Oscar Biott como autor principal, y Ángel Azzollini como participe necesario, pero además entendió que Azzollini fue cómplice primario del delito que llevó adelante Biott.

Antes de continuar con su acusación Muriete, destacó algunas de las terminologías de género para encuadrar la conducta criminal, y para entender por qué mataron a Marcela, y por qué los acusó de “Homicidio Agravado por odio de género”, y por qué solicitó la pena máxima de prisión perpetua, y consideró necesario detallar los términos que se utilizaron en el expediente, y en el debate, para entender en qué momento hubo discriminación, y odio por parte de los imputados.

En este contexto, explicó que los términos que se utilizaron en el expediente, y los testigos, por ejemplo, el testigo Heim dijo: “han matado a un puto”; Azzollini reconoció que cuando se referían a Marcela como: “El perro que desapareció”; Biott manifestó: “Me di cuenta que era un travesti en la pelea”, en las entrevistas psicológicas Biott dijo que: “Marcela era un señor”, todas estas terminologías que tanto los testigos como los imputados utilizaron, son discriminadoras, transfobicas, que transmiten odio.

Pero, además, Muriete, señaló que cuando Biott y Azzollini llevaron a Marcela a la cabaña, y se dan cuenta de que era una mujer trans: “Comienzan en ese lugar la agresión física hacía Marcela hasta producir su muerte, lo que se denomina una explosión de ira narcisista egocéntrica”, agregando que Azzollini: “ayuda a la agresión para dejar inconsciente a Marcela, ya que los forenses indican que el ataque fue por tres personas, denominado en manada”.
Cuando Biott dice que fue a la cabaña a buscar a Azzollini, y éste dice que Biott fue a buscar preservativos, para la querella lo que Biott fue a buscar fue la catana o el cuchillo que el mismo Azzollini reconoce que llevaban en la mochila para darle muerte a Marcela. “Acá está la participación de Azzollini, ya que todos los testigos relatan que esa arma blanca era de él, misma arma con la que luego decapitan a Marcela. El perito dijo que la sección no fue provocada por un animal, sino con un elemento con fino, y lo provocó alguien que conoce de faena, en este caso como lo relato la ex pareja de Biott, él conoce de faena, y además instruía sobre el manejo de cuchillo a Azzollini”.

Escena del crimen organizada




Por otro lado, las pericias psicológicas indicaron que las personas que mataron a Marcela tenían cierta habilidad para cuerear animales. En tanto la autopsia psicológica el descuartizamiento e imposibilidad de hallar el cuerpo pese a tareas de rastrillajes, demuestran una escena del crimen organizada, es decir de la participación de más de tres personas, más allá de la de Biott: “Toda vez que había eficacia en el cumplimiento de los objetivos, dijeron los peritos. Nosotros decimos que seguro Biott y Azzollini, pero tenemos muy cerca de ellos a Fioramonti, Laza, tarea que se deberá investigar posteriormente”.

En cuanto a la escena primaria los peritos, señalaron que se requiere anticipación, organización, y coordinación que le “Brindó Azzollini”, así se puede determinar que participaron más de tres personas, de las cuales dos admitieron haber estado en el hecho, agregando que sostienen que cuando Marcela sale de la cabaña “ya estaba muerta, no la lleva a su casa, ni a ninguna cocina de cocaína, sino la lleva directamente para deshacerse del cuerpo, el recorrido lo demuestra”.

Cómo se coronó la obra terrorífica de Biott y Azzollini, como puede terminar la obra de un narcisista, Biott al mes se reconcilió con Juárez, y le regaló la cartera con el monedero de Marcela, la joven reconoce que era usada, que no había sido comprado, llama a las hermanas Chocobar, habla con ellas y les muestra el monedero de Marcela, así coronó Biott su obra terrorífica, con el regalo del monedero de Marcela, a su ex pareja para reconciliarse”.

Con su exposición, la explicación de sus fundamentos Muriete, mantuvo la acusación y le solicitó al Tribunal que al momento de dictar sentencia se los condene a Biott y a Azzollini como autores penalmente responsables del delito de: “Travesticidio”.


Viernes, 7 de junio de 2019


 
 


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