CASO MARCELA CHOCOBAR
Azzollini no dijo dónde está el cuerpo de Marcela e intentó deslindarse del crimen
Ángel Azzollini, uno de los acusados del brutal transfemicidio de Marcela Chocobar, ocurrido la mañana del 6 de septiembre, espero hasta el último momento para declarar ante los jueces y contar su “versión” de los hechos, relato que no coincide con el testimonio que brindó en la etapa de instrucción, ya que según él: “Me malinterpretaron”.
El “Negro” Azzollini, decidió prestar declaración en el cuarto día del juicio oral y público por el transfemicidio de Marcela Chocobar, su decisión de hacerlo sorprendió a todos, hasta al propio Oscar Biott quien miró a su consorte de causa, cuando el defensor de éste, le informó al Tribunal que su defendido quería hacer uso de su derecho.
La expectativa que había con su declaración era saber dónde está el cuerpo de Marcela, pero eso no sucedió, ya que aseguró no saber, agregando que si lo supiera: “Lo hubiera dicho desde un primer momento”.
Azzollini se sentó en el banquillo de los acusados, con una voz temblorosa, y siempre mirando al Tribunal, comenzó a narrar su “versión” de los hechos, relato que no se asemeja en nada con la primera declaración que realizó en la etapa de instrucción, donde según él, lo obligaron a decir lo que dijo.
Al igual que Biott, manifestó que se conocieron a través de un grupo de WhatsApp donde coordinaron para hacer un asado, y así conocerse personalmente, fue a su casa, comieron, y en el mes de marzo del 2015, Biott lo invitó a vivir con él, en su vivienda de calle Gobernador Gregores, agregando que días después le compró el auto –Renault 12- a Fioramonti.
Respecto a lo ocurrido la madrugada del 6 de septiembre, contó que era el cumpleaños de Biott, ese sábado fue a trabajar, firmó el libro de acta y cerró el cementerio. Cuando llegó a su casa Biott le preguntó sí había cobrado, a lo que le contesto que no. “Hizo un par de llamadas, en una habló con Lucas Moreno –a quien le estaba haciendo un trabajo en su casa- le pegunto sí podía ir a la casa. Pasaron 10 o 20 minutos y Moreno llegó, le dejó $500 en efectivo. Biott lo invitó a la noche para festejar su cumpleaños, pero le dijo que no podía”.
Ya con el dinero tanto Biott como Azzollini fueron a comprar a un kiosco de calle Laprida, volvieron a la casa, comieron algo, brindaron, se saludaron, se cambiaron y salieron. “Me dijo maneja, le dije que no, porque sabía que estaba la ley ´tolerancia cero´, llevamos una botella de tequila, manejo él, me senté en el asiento del acompañante, empezamos a dar vueltas por toda la ciudad. Fuimos a jugar un pool a bola 8. Ahí nos encontramos con una persona, de rastras –Laza-quien estaba reunido con un grupo de personas. Cuando dejamos de jugar la segunda partida, comenzó hablar con Laza a quien conoció por el deporte, y luego nos fuimos”.
Laza también se subió al auto, lo llevaron a la casa, donde le invitaron mates, luego de unas horas, Laza le pidió a Biott que lo lleve al hotel donde estaba hospedado, pero éste lo invitó a quedarse: “Nosotros nos fuimos, salimos de la casa, dimos unas vueltas y terminamos afuera del boliche Russia”.
“Salió la chica”, Esa chica era Marcela
Cuando llegaron a Russia la gente ya estaba saliendo: “La vimos a la chica, por Marcela, Biott me dice háblale, le dije no háblale vos, baja el vidrio, y le dice ´buenas noches´, nos mira, y sigue su camino. Biott le dice ´dale no seas mala´. Ella se despide de su amiga, Cindy, se acerca, empezaron hablar, le abro la puerta de atrás, se sube. De ahí nos vamos para la casa”. En este marco recordó el recorrido de las calles que transitaron esa mañana para llegar hasta la cabaña, en ese trayecto Biott intentó en varias oportunidades tocar las partes íntimas de Marcela: “Pero ella no lo dejó, le sacaba la mano”.
En su relato Azzollini, aseguró: “Ella solo quería estar con Biott, no quiso estar conmigo, Biott le insistió para que esté con los dos, entonces le dije, deja festeja vos, yo ya voy a tener mi oportunidad en otro momento. Fuimos hasta la cabaña a buscar preservativos. Llegamos nos bajamos del auto, baje la botella de tequila, el vaso, entramos a la casa dejo las cosas en la mesa, voy al baño, me fijo si Laza dormía, voy a la cocina, prendo la tele. En ese momento entró Biott, busca algo en su pieza, y después se va. Escuchó que prende el auto, abro la puerta, y ya se estaban yendo. Termine de tomar lo que estaba en el vaso, me estaba quedando dormido”.
“Parece que la mate”
Horas después, llegó Biott desesperado, se metió a la pieza de Azzollini, y comenzó a gritar “Negro”, “Negro”, Azzollini le pregunto qué pasó, y al mirarlo se dio cuenta que se había cambiado de ropa. “No sé si contártelo. Le pedí que se calme, y me dice parece que la mate, a quién, ‘a la chica que se subió al auto’, cómo, qué pasó”, le pregunto Azzollini. Según Azzollini, Biott le contó que cuando se subió al auto, vio que Marcela le estaba revisando la billetera: “Le dijo que quería plata. Le pidió que la lleve a la casa de unos amigos que vivían por el Barrio San Benito, y que cuando intenta sacarle la billetera ella se niega, empiezan a forcejear, se entran a pegar, cuando lo miró vio que tiene todo el cuello arañado, cuando llegan al barrio esta chica se baja del auto, le tira una piedra al parabrisas y se lo quiebra, él se baja se siguen pegando, y en un momento dado me dijo que la chica se cayó al piso, y le golpeó tres veces la cabeza contra el suelo, que se quedó 15 minutos, esperando que se despierte, pero le dio miedo y se fue. Te lo vine a contar a vos, me invadió el miedo”. Azzollini, además contó que después de lo ocurrido Biott cambió sus actitudes, ya no era el mismo de antes.
Describió el lugar
Como la frase: “El asesino siempre vuelve al lugar del crimen”, tanto Biott como Azzollini regresaron tres días: “Biott se calmó un poco, me dijo vamos a ver si la encontramos, y la llevamos al hospital. Fuimos caminando porque el auto no tenía nafta”, e indicó el recorrido que hicieron: “Caminamos por la Avenida Gregores, por Piloto Lero Rivero, bordeamos la Laguna Ortiz, seguimos por Ruta N ° 3, pasamos por el autódromo, seguimos hasta Cruz del Sur, y veo un acceso hacia el Barrio Bicentenario”, en este marco Azzollini describió un lugar que no se parece en nada al terreno de calle 38 y 13 del Barrio San Benito donde Biott a través de su defensor llevó a los jueces de la Cámara para realizar una inspección ocular, zona donde aseguró que dejó a Marcela.
Ya que recordó que siguieron caminando hasta el motel: “Seguimos por un bajo, tipo valle, y de ahí veo campo. No encontramos nada, estaba oscureciendo, sacamos la linterna, le digo ya fue, capaz recobro el conocimiento y se fue a su casa. Nos fuimos, entramos por el Barrio Bicentenario, pasamos por un kiosco, compramos agua, pedimos un taxi, le preguntamos al señor que calle era, llegó el taxi, y nos fuimos a la cabaña”.
Al día siguiente, lunes 7 de septiembre del 2015, Biott tomó las llaves del auto de Azzollini, cuando éste se levantó, se dio cuenta que no estaba: “Pasaron dos horas, escuchó que hay gente hablando fuera de la casa, abro la puerta y veo que Biott estaba tirando el auto con Fioramonti, le pregunte qué había pasado, me dice que se rompió el radiador de la calefacción y que salía agua. Le pregunte dónde había ido, no me quiso decir”, agregando que Fioramonti se quedó a tomar unos mates, y le preguntó a Biott que le había pasado en el cuello, y le contó: “Lo mismo que me había dicho a mí, yo estaba mirando las noticias y veo que salía la desaparición de esta persona”.
Pero Biott no se quedó tranquilo y decidió volver el martes 8 de septiembre, siempre hicieron el mismo recorrido, en esta ocasión en bicicleta, ya estaban preparados para salir, cuando el “Negro” vio que Biott llevaba con él una mochila: “¿Qué llevas en la mochila?, le preguntó, y éste le contestó: “Agua”. Cuando llegaron al lugar, Azzollini dijo que se situaron bien, que le preguntó nuevamente a Biott dónde la había dejado.
“Me dijo que llevaba alcohol para hacer desaparecer a la chica” En este contexto, Azzollini vuelve a describir el lugar, brinda otras características del terreno, que tampoco se parecen a la primera descripción: “Cuando llegamos veo campo, unos quince terrenos que estaban cercados, montículos de tierra, volvimos a recorrer terreno por terreno, por Avenida Asturias, veo que hay una garita de colectivo tirada. Biott me da la mochila, y desaparece, por lo que según Azzollini se preguntó a dónde habrá ido: “Estaba haciendo frio, tenía sed, abro la mochila y había un cuchillo, con mango color amarillo, y una botella de alcohol. Pasaron 45 minutos, llega Biott no tenía la ropa manchada, no tenía sangre, le pregunte si la había encontrado, me dijo que no, le pregunte por qué había llevado el alcohol y me dijo que era para hacer desaparecer a la chica. Cada vez comenzó a tener una conducta más temperamental”.
Antes de irse, recordó que Biott se subió a una cabaña, que no tiene puertas ni ventana: “Estuvo observando unos 20 minutos, le dije vamos, a lo que me contesto bueno ahí vamos, se bajó, me parecía rara la conducta que empezó a tener. Llegamos a la cabaña, llama a un amigo de Córdoba, le cuenta lo que paso, corta y me dice sin cuerpo no hay delito”. Estas fueron algunos de los detalles que contó Azzollini en el marco de su declaración que duró dos horas y media.
Miércoles, 5 de junio de 2019
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