7 DE JUNIO
Periodismo Para Todos
Por Pedro Silva
Miles de globos amarillos se pincharon en el cielo, mientras estallan los satélites un siete de junio del 2018, cuando anochece el sueño popular de las minorías y las voces empiezan a silenciarse. De Moreno a Walsh nacimos y morimos los eternos amantes de la letra efímera, el periodismo que anoticia y muere, esa literatura instantánea que es pasión o no es nada. Pero cuando todos podemos acceder a informar o desinformar, cuando el periodismo es para todos, caemos en la cuenta que, los periodistas somos ciudadanos y es allí cuando brota la conciencia popular, el salario, la vida, y el periodismo se torna real, barro, tinta y vida.
Los de la calle, los movileros, locutores, los prensa, los fotógrafos, los camarógrafos, los cableros los conductores , los operadores, los programadores, los diseñadores y la vasta fila india de cazadores de novedades, noticias, primicias, investigaciones y rumores vemos la sórdida y filosa guadaña de un gobierno que apila desempleados, que cierra medios que cotiza en bolsa, que mata voces, que aniquila salarios y cuyo bastión es la utilización perfecta de la mentira.
Entonces nosotros encausados en la vieja verdad, los que vimos y no vimos al Estado distribuyendo también las voces, los que nadamos el lodo del medio pelo ejerciendo distraídos un papel que también estaba arropado con la solidaria pilcha del Estado Presente, de la industria nacional y del consumo interno, de repente desnudos por otra visión, por los meritócratas y herederos de la riqueza heredada, vemos un horizonte desierto, porque solos no podremos ser más que lo que la meritocracia exige, seremos solamente lo que nuestro bolsillos lleguen a cubrir y así cualquier capacidad se esfuma bajo la incestuosa alfombra del libre mercado.
Desnudos a la luz de la estrella privatista, los globos caen a modo de meteoritos, matando el sueño insensato de los imberbes que no creimos en el colectivo, que fuimos egoístas, que comimos una miel que no era nuestra, pero nos sació de tal manera que creimos no volver a necesitarla. ¿Que haremos ahora con el ropaje empeñado que no era nuestro, y nuestra coraza de hombres que todo lo pueden?.
¿Que haremos los periodistas, comunicadores y ciudadanos para detener el show al que accedimos “sin darnos cuenta”?. Seremos la esperada pesada herencia para la risa de la bufonería oligárquica, o daremos batalla desde nuestros lugares, asumiendo de una vez por todas, que no estamos solos, que nada lograremos de manera individual en un mundo individualista, que la batalla es colectiva, y que la burbuja del periodista versátil fue siempre eso, una burbuja atomizada, irreal y dañina para la vida.
Jueves, 7 de junio de 2018
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