Así lo definió el test de agresividad que les realizaron a los acusados de asesinar a la pequeña Abigail, los psicólogos del Poder Judicial, quienes además explicaron que el vínculo entre ambos era simétrico, es decir el poder entre ambos se alteraba, haciendo imposible determinar quien ejercía influencia sobre quién.

El vínculo entre Karla Orellano y Carlos Tortello era de características simétricas, si bien había por parte de los dos, hostilidad y afinidad excesivamente controlada las características en general que observaron los psicólogos del Poder Judicial era una característica de simetría en la relación y particularmente los dos tenían una posición muy externalizarte, es decir hacer referencias básicamente a defensas de tipo proyectivo.
Respecto a la hostilidad, explicaron que lo determinaron en función del test de agresividad que se le realizó donde aparece un promedio con un puntaje de 65 lo que implica un control de hostilidad relativamente insano superado esos controles con ese puntaje siempre se está hablando de un elemento más bien patológico donde la persona puede tener muchos estallidos de ira ante situaciones muy simples, muy poco controlado y cuando supera los 65 ya es patológico y en estos dos casos llegó a 74 y en otro 76 y los marcaban ese mismo proceder de tener ataques de ira ante casos de muy escasa importancia.
Por otro lado, los licenciados indicaron que los informes marcaron también en esa escala que es controlada, que generalmente la irritabilidad esta puesta pero muchas veces se selecciona el ambiente en donde se va a depositar, generalmente se eligen personas que puedan ofrecer muy poca resistencia a la expresión de la bronca y se extrajo del test efectuado.
Aún así para marcar la objetividad de la pericia “nosotros no vimos violencia hacia el hijo mayor, lo que describimos es cómo funcionaban ellos como pareja y como padres. Esto fue lo que nos marcaron los test”, explicaron.



Viernes, 23 de octubre de 2015