NEGOCIACIONES
Netanyahu no parece escuchar los pedidos del Papa
Los pedidos de Francisco para que se reanuden las negociaciones de paz no parecen conmover al primer ministro israelí cuyo país rechaza la creación de un gobierno de unidad palestina.
Desde que el grupo Al Fatah decidió reconciliarse con el Movimiento de la Resistencia Islámica, Hamas, el pasado 23 de abril, la posición de Netanyahu ha sido siempre la misma.
Netanyahu, del gobernante partido Likud, considera que no se “debe negociar con terroristas” que buscan la destrucción de Israel, en alusión a Hamas (que controla la Franja de Gaza desde 2007) y también a la Yihad Islámica.
Por eso, quizá, se ha mantenido alejado del encuentro que mantuvieron con el Papa en Roma el entonces presidente israelí, Shimon Peres (recientemente reemplazado en su cargo por Reuven Rivlin), y el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, junto a religiosos de la colectividad cristiana, judía y del islam, el pasado 9 de junio.
No es ningún novedad que Netanyahu mantuvo diferencias con Peres, sobre todo en cuestiones relacionadas con los palestinos.
Para algunos analistas, el Papa dejó concientemente fuera del acto de Roma a Netanyahu, quien no ha modificado hasta el momento su postura de no reconocer al nuevo gobierno palestino, formado por tecnócratas, que llamará a elecciones en los próximos seis meses.
El premier israelí tiene también problemas domésticos que atender: esta semana dio un tibio apoyo al nuevo presidente israelí Reuven Rivlin, tras ser proclamado por el Parlamento de su país (Knesset).
Aunque la presidencia en Israel es un puesto protocolar, el ascenso de Rivlin significa la llegada al poder de un político duro que se opone a la solución de los "dos Estados" en el conflicto con los palestinos.
El proceso está muerto desde que Israel se retiró de las negociaciones el pasado 23 de abril, cinco días antes de la fecha límite establecida para lograr un acuerdo marco, bajo la mediación del secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Rivlin sucede en el cargo a Peres, de 90 años, Premio Nobel de la Paz, quien se manifestó en distintas oportunidades en favor de la creación de un Estado palestino que viva en paz con fronteras seguras al lado de Israel.
El nuevo presidente israelí es un halcón que está más ubicado a la derecha que el propio Netanyahu, pues es un impulsor del Gran Israel, término que utiliza para referirse a las fronteras bíblicas del Estado hebreo.
A pesar de los pedidos del Papa, nadie parece pensar en reanudar el dialogo en Medio Oriente. Por el contrario, el gobierno de unidad palestino ha exacerbado más los ánimos de "Bibi" Netanyahu, ya que el premier se opone a cualquier negociación con Hamas, que no reconoce la existencia del Estado de Israel.
“La reconciliación entre Al Fatah y Hamas, seguida por un gobierno de unidad palestina, puso a Israel en una difícil situación”, dice Gilead Sher, en un artículo en el diario israelí Yediot Aharanot.
“Un vez más no está reaccionando a esta iniciativa, aislado entre los países del mundo por su oposición a la reconciliación”, opinó Sher. Más allá del aspecto formal, la unificación de las fuerzas palestinas recién comienza en Gaza y Cisjordania.
Por estos días, algunos analistas han señalado que Hamas tiene su propia fuerza militar, violando un acuerdo interino de 1995 que determinaba que aparte de la policía palestina e israelí ningún otro grupo se establecería para operar en Cisjordania o en Gaza.
El nuevo gobierno de transición del primer ministro palestino, Rami Hamdallah, reconoció que aún no tiene autoridad en Gaza, que controla Hamas desde 2007 tras ganar las elecciones en esa zona.
El funcionario aún no ofreció un plan para desarmar a los militantes e integrar a las fuerzas de ambos bandos.
Tampoco estableció nuevos impuestos o las cuentas de electricidad para los 1.7 millones de palestinos que viven en Gaza, informó el diario The New York Times.
Entre otras medidas, los palestinos exigen el fin de la construcción de asentamientos en Cisjordania, principal punto de fricción que provocó la interrupción de las conversaciones desde noviembre de 2010 hasta abril de 2013, cuando Kerry propuso un plan de nueve meses que concluyó en un nuevo fracaso.
En estos días, otra polémica internacional surgió luego de que Autralia denominara territorios "disputados" a Jerusalén Este, donde los palestinos quieren proclamar la capital de su futuro Estado.
Sin perder tiempo, el jefe de la delegación palestina en Australia, Izzat Abdulhadi, advirtió que muchos países están dispuestos a imponer sanciones comerciales a Sidney si no concibe a Jerusalén como territorio ocupado por Israel.
Como era de esperar, el gobierno de Netanyahu recibió con beneplácito la declaración australiana y dijo que es imposible construir la paz en base a "mentiras históricas". IMPRIMIRACCESIBLEACCESIBLE
Sábado, 14 de junio de 2014
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