BRASIL
Segundo día de huelga de subtes tras el fracaso de las negociaciones
La huelga en tres de las cinco líneas del subte de San Pablo, tras fracasar una audiencia de conciliación, provocó una segunda jornada caótica en la mayor ciudad de América Latina a seis días de iniciarse el Mundial de fútbol, aunque hubo alivio en el estadio mundialista Morumbí, por la decisión del Movimiento de los Sin Techo (MTST) de levantar su protesta.
En ese marco, y en medio de las críticas domésticas contra la realización del mundial de fútbol, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva reconoció que el gobierno debió explicar mejor las ventajas del torneo en los años previos a su realización.
"Una Copa del Mundo y una Olimpiada no sólo implican rendimientos económicos", dijo, y agregó que hay una tendencia en el país a culpar al gobierno federal por cualquier tipo de problema.
Una lluvia constante, más autobuses y más automóviles en las calles provocaron hoy viernes un nuevo embotellamiento récord en San Pablo, consignó la agencia Brasil 247.
CET, la empresa que vigila el tránsito en la ciudad, informó que 214 kilómetros de vías estaban congestionadas, superando la marca récord previa de 209 kilómetros.
La policía se enfrentó con huelguistas en una estación céntrica en San Pablo y los dispersó con gas lacrimógeno y balas de goma.
La Policía Militarizada (PM) intervino en la céntrica estación de Ana Rosa ya que, según informó el organismo, "varios funcionarios en huelga impedían la entrada de otros trabajadores que querían trabajar y la de los usuarios".
"Nos llamaron y pidieron nuestra presencia, intentamos negociar pero fue inútil. Tuvimos que utilizar bombas de gas para tomar el control de la estación", explicó un portavoz de la PM, quien también confirmó la detención de uno de los manifestantes por desacato a la autoridad.
En tanto, algunos incidentes se registraron también en la estación Itaquera, en las cercanías del estadio donde comenzará el Mundial el próximo jueves, debido a que fueron cerradas, además del acceso al metro, las entradas a la estación de tren de superficie, debido a razones de seguridad.
Imágenes de televisión mostraron a pasajeros apiñados en autobuses y también en servicios ilegales de transporte, por el que pagaron boletos de más de 2 dólares.
La Companhia Paulista de Trenes Metropolitanos (CPTM), que opera los trenes de superficie que conectan San Pablo con su región metropolitana, dispuso un aumento de las frecuencias para tratar de paliar la detención del metro.
La huelga se prolongó pese a que el sindicato del metro moderó su reclamo de reajuste salarial a un 12,2 por ciento tras solicitar inicialmente más de 16, pero la empresa estatal que administra el metro paulista mantuvo su oferta de 8,7 por ciento, además de prometer otros beneficios, que en la práctica incrementarían los salarios hasta un nivel cercano al reclamado.
El gobernador del opositor PSDB, Geraldo Alckmin, dijo que el abuso del sindicato será castigado.
En medio de este clima, la selección brasileña jugó en el estadio Morumbí de San Pablo un amistoso de preparación para el Mundial con Serbia.
Se temía que militantes "sin techo", que el jueves marcharon al estadio mundialista Arena Corinthians, el Itaquerao, y cerraron una importante avenida del este de la ciudad, repetirían su manifestación en reclamo de más viviendas populares.
Sin embargo, el grupo Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) prometió una tregua al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.
En tanto, durante un evento en Porto Alegre promovido por la revista Voto, publicación especializada en política en la región sur del país, Lula criticó los análisis exclusivamente económicos sobre la realización del Mundial y dijo que el evento es un "encuentro de civilizaciones".
"Las personas están discutiendo si va a rendir tres, cuatro o cinco. Una Copa del Mundo y una Olimpiada no sólo implican un rendimiento económico", dijo.
El ex presidente recordó que el país entró "en conmoción" cuando conquistó el derecho de ser la sede del Mundial.
"Ahora las personas están con vergüenza de la Copa del Mundo y de las Olimpiadas. Aquí hay periodistas. Podrían preguntar al ministro Valmir Campello, del Tribunal de Cuentas de la Unión, responsable por fiscalizar las obras de la Copa, si hay corrupción (en las obras)", pidió. IMPRIMIRACCESIBLEACCESIBLE
Sábado, 7 de junio de 2014
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