MEDIO ORIENTE
Hace un año, el Estado Islámico tomó la ciudad iraquí de Mosul
Un año atrás, la organización yihadista Estado Islámico (EI) sorprendía al mundo entero tomando Mosul, la segunda ciudad de Irak, profundizando la ofensiva que meses antes había iniciado en Anbar e instaurando un régimen de terror basado en la aplicación más estricta del Corán.
Tras la toma de la ciudad, muy fácil para los combatientes de Estado Islámico ya que los soldados abandonaron apresuradamente sus posiciones por miedo, el grupo radical continuó con su ofensiva relámpago tomando nuevos territorios y amenazando con hacerse con Bagdad, la capital.
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Esto provocó en primer lugar una crisis política a nivel nacional, desencadenada principalmente por la dureza de la pérdida y por el conflicto interreligioso latente en el país, que se saldó con la renuncia del primer ministro Nuri al Maliki, un chiíta, y la designación del también chiíta Haider al Abadi como su sucesor, con el apoyo de la comunidad internacional.
Según el recuento realizado por la ONU, entre junio y mayo de este año murieron más de 10.600 civiles por la violencia y unas 6,7 millones de personas requieren servicios básicos Los sunnitas, que son minoría en Irak pero mayoría en la provincia de Anbar y en Mosul, se sintieron abandonados a su suerte por el Gobierno central que prometió reconquistar la ciudad pero que en la práctica fue posponiendo la liberación por motivos nunca especificados.
Las organizaciones humanitarias temen el alto costo que dicha operación podría tener sobre la población civil -se estima que en Mosul viven unos 1,2 millones de personas-, ya que se sabe que EI instaló bombas y todo tipo de trampas para frenar el eventual avance de las fuerzas gubernamentales y un asalto podría provocar un número importante de víctimas.
Además, lo sucedido en Tikrit, la ciudad natal de Saddam Hussein el pasado mes de marzo, hace presagiar una operación complicada. En aquella ocasión, las fuerzas gubernamentales consiguieron reconquistar la ciudad, prácticamente vacía, gracias al apoyo de las milicias chiítas, que fueron acusadas de cometer graves abusos durante su actuación.
Lo que temen es que llegado el caso, si en la liberación de Mosul también participan las milicias chiítas, parte de la población sunnita apoye a Estado Islámico.
El sorprendente avance de Estado Islámico en las semanas siguientes a la toma de Mosul y la posterior proclamación de su "califato" el 29 de junio, tuvo como segunda consecuencia la formación de una coalición internacional, con Estados Unidos al frente, que en agosto comenzó a bombardear posiciones de Estado Islámico en Irak y posteriormente pasó a hacer lo propio en Siria.
Sin embargo, los resultados de estos bombardeos no fueron lo exitosos que se esperaba y aunque ayudaron a las fuerzas iraquíes en buena medida a recuperar parte del territorio perdido, principalmente Tikrit, no impidieron que los yihadistas se hicieran, también con apenas resistencia de las fuerzas iraquíes, con el control de Ramadi el 17 de mayo.
Por tal razón, son muchos los analistas y expertos que creen que la política para combatir a Estado Islámico no está siendo fructífera y abogan por un cambio de enfoque, según refleja la agencia de noticias Europa Press.
"Si no se consiguen fondos urgentemente, es probable que más de la mitad de todos los programas humanitarios cierren o sean recortados en las próximas semanas y meses" Lise Grande, coordinadora humanitaria de la ONU en Irak Sin embargo, tanto Estados Unidos como sus aliados, entre los que hay países occidentales y árabes, siguen siendo reacios al despliegue de tropas terrestres que combatan cuerpo a cuerpo y se decantan por entrenar y equipar a las fuerzas iraquíes.
Mientras tanto, los iraquíes sufren las consecuencias de los combates permanentes, el sojuzgamiento a que son sometidos por los yihadistas y, según advirtió la ONU, una situación social que está "al borde del colapso".
Según el recuento realizado por la Misión de la ONU en Irak (UNAMI), entre junio y mayo de este año murieron más de 10.600 civiles por la violencia.
Según explicó la coordinadora humanitaria de la ONU en Irak, Lise Grande, unos 6,7 millones de personas requieren servicios sanitarios básicos, de alojamiento, educativos y alimentarias, "ya que la inseguridad alimentaria es un reto clave porque hay 4,4 millones de personas que la necesitan con urgencia".
"Si no se consiguen fondos urgentemente, es probable que más de la mitad de todos los programas humanitarios cierren o sean recortados en las próximas semanas y meses". Asimismo, la responsable de la ONU puso de relieve la situación particularmente delicada en la que viven los alrededor de 2,3 millones de personas que se encuentran en los territorios controlados por EI.
"Allí -advirtió- "las mujeres son convertidas en esclavas y sufren abusos, los niños son usados como escudos humanos y terroristas suicidas" y se producen "ejecuciones masivas, torturas y violaciones sistemáticas".
En este año de dominio territorial, el EI ejecutó a 944 personas en sentencias de tribunales que siguen la ley islámica (sharia). notas relacionadas Al menos diez miembros del EI murieron en combates, mientras la ONU busca una solución al conflicto IMPRIMIRACCESIBLEACCESIBLE
Jueves, 11 de junio de 2015
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