UNIÓN EUROPEA
Muertes en el Mediterráneo: habrá una cumbre de la UE por la crisis migratoria
La Unión Europea celebrará el próximo jueves una reunión extraordinaria de Jefes de Estado y Gobierno para tratar la problemática.
La Unión Europea (UE) acordó ayer celebrar el jueves próximo una cumbre extraordinaria de Jefes de Estado y Gobierno por la crisis migratoria y de refugiados en el Mediterráneo, mientras comenzaban a llegar a la costa los primeros cuerpos de cientos de personas que se cree murieron en un naufragio cuando buscaban llegar a Europa.
Nota Relacionada: Mediterráneo: se hunde un barco con inmigrantes Autoridades dijeron que entre 700 y 950 personas podrían haber muerto por el hundimiento de ayer de un barco frente a las costas de Libia, lo que constituye, por mucho, la peor tragedia hasta ahora de las muchas que han involucrado a migrantes que pagan a traficantes para ser llevados en barcos hacia al sur europeo.
También ayer, mientras los cancilleres de la UE aprobaban un plan de 10 medidas para tratar de mostrar algo de ánimo de aliviar el drama, Italia y Malta informaron que estaban trabajando para socorrer a dos barcazas en dificultades frente a las costas de Libia, en las que viajan unos 450 inmigrantes.
Cientos de kilómetros hacia el Este, la Guardia Costera griega tuvo que lanzar un operativo para salvar a decenas de migrantes luego de que otro barco se destruyera tras encallar en la isla de Rodas.
La Guardia Costera griega dijo que al menos tres personas murieron y otras 90 fueron rescatadas. La TV local mostró a sobrevivientes aferrados a restos del naufragio mientras otros eran sacados de las olas por rescatistas.
Los nuevos casos de muerte en el Mediterráneo forman parte de un aluvión sin precedentes de migrantes hacia las costas de la UE que la semana pasada vio llegar a más de 10.000 personas a Italia en apenas cinco días, lapso durante el cual 400 personas más murieron en otro naufragio frente a Libia.
Bajo intensa presión de la ONU y organizaciones de derechos humanos, la UE parece querer delinear una política para responder de forma más humana al masivo éxodo desde países en guerra o empobrecidos de África y Asia, sin agravar la crisis alentando a más personas a lanzarse al mar.
En diciembre pasado, Italia abandonó su operativo de búsqueda y rescate "Mare Nostrum" debido a su costo y a críticas internas de que promovía la inmigración ilegal, y la UE lo reemplazó por una misión mucho más pequeña y ambiciosa con mucho menor presupuesto.
De su lado, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, urgió ayer a la UE a ayudar más a Italia, Grecia y Malta, los países más afectados por una crisis que, según dijo, "debería conmover la consciencia global".
"Números récord de personas están huyendo de la guerra y la persecución" y "necesitan urgentemente nuestra protección durante su hora de mayor necesidad, señaló Ban, quien además pidió acciones contra las redes de traficantes y "redoblar la capacidad de rescate en el Mediterráneo y en todas partes".
La máxima responsable de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein llamó también hoy a los líderes europeos a adoptar "un enfoque más sofisticado, más valerosos y menos insensible" a la oleada migratoria.
"Europa está volviendo su espalda a algunos de los migrantes más vulnerables del mundo y se arriesga a convertir el Mediterráneo en un vasto cementerio", dijo Al Hussein en un comunicado.
Enfrentados a esta presión, y tras días de rodeos e indecisión, los cancilleres de la UE se reunieron hoy en Luxemburgo y aprobaron un plan de 10 medidas elaborado por la Comisión Europea (UE) para lidiar con la crisis, que incluyen aumentar el presupuesto para operaciones de vigilancia y contra traficantes.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció ayer que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebrarán el jueves una cumbre extraordinaria sobre la inmigración en el Mediterráneo en la que discutirán las medidas aprobadas por sus cancilleres, informó la agencia de noticias EFE.
En primer lugar, el Ejecutivo comunitario propone aumentar los recursos financieros y el número de medios disponibles de las operaciones de vigilancia marítima en el Mediterráneo, Tritón y Poseidón, además de ampliar su área operativa para poder intervenir a mayor distancia. Además, se plantea "un esfuerzo sistemático para capturar y destruir los barcos utilizados por los traficantes", que se traduciría en una operación "civil y militar que tomaría como ejemplo la operación Atalanta" contra la piratería, explicó el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos.
En una declaración en Roma, el premier italiano, Matteo Renzi, pidió ayer declarar la guerra a "los mercaderes de la muerte" en el Mediterráneo para impedir masacres que más que "naufragios" son auténticas "crisis humanitarias".
Según Renzi el objetivo de la UE debe ser "bloquear a los esclavistas del siglo XXI en la partida, principalmente en Libia".
En Italia, el fiscal Giovanni Salvi dijo que el barco de traficantes de personas que se hundió el domingo frente a Libia tenía tres niveles y que los migrantes estaban encerrados en el casco y en el segundo nivel.
Salvi dijo en conferencia de prensa en Catania, Sicilia, que "unos pocos cientos fueron obligados a meterse en el casco y fueron encerrados e impedidos de salir", y agregó que cientos más estaban "cercados" en el segundo nivel y otros cientos se hallaban en la cubierta.
Ayer, guardacostas trajeron a Valletta, la capital de Malta, los 24 cuerpos hallados hasta ahora tras el naufragio. Un sobreviviente, un bengalí de 32 años, dijo que hasta 950 personas iban en el barco, aunque Salvi consideró que la cifra debería tratarse con cautela y que la Guardia Costera estimó, in situ, que trasladaba a unas 700 personas.
Si se confirma esa cifra, hasta 1.800 personas habrán muerto tratando de cruzar el Mediterráneo en lo que va del año, sobre 21.000 que completan la travesía con éxito, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
En comparación, para abril del año pasado, menos de 100 habían muerto sobre 26.000 en total que cruzaron. En total, el año pasado 174.000 personas realizaron el viaje llegando a buen puerto y unas 3.200 murieron, según la OIM.
Martes, 21 de abril de 2015
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