TIERRA DEL FUEGO
Una mujer discapacitada clama por ayuda
Luisa Lebtun, de 50 años, vive el barrio Perón II, en Río Grande. Está postrada en una silla de ruedas ya que no puede caminar, según dijo, “porque tengo 150 kilos y tengo reuma y artritis invalidante”. Necesita ayuda y pide solidaridad a la sociedad.
Luisa Lebtun, de 50 años, vive en una casilla en Pasaje García al fondo del barrio Perón II. Está postrada en una silla de ruedas ya que no puede caminar, según dijo, “porque tengo 150 kilos y tengo reuma y artritis invalidante”. Necesita una silla de ruedas reforzada, actualmente tiene cuatro de estas sillas en su casa, pero ninguna le sirve, una incluso no tiene asiento. “Vivo sola, las casas que están al lado se las apropió mi hija, quien alega que estoy loca y no es así. Ella dispuso de mis bienes como si le fueran propios y alquila las casas a cualquiera, incluso estuvieron viviendo ahí los primos Kubitz que están acusados de matar a un chico”, recordó Luisa. “Tengo muchos problemas de salud, tengo graves problemas en una de las caderas, en las piernas y los brazos por eso no me puedo movilizar”, confió. Agregó que “mi hija trabaja en Brightstar, tiene buen pasar económico, pero se juntó con una persona que es mi yerno, quien se está haciendo una casa en los asentamientos, pero tiene problemas con la ley, estuvo preso, y todos los que alquilan vienen de ese ambiente, siempre hay problemas y situaciones desagradables por el alcohol y las drogas”. Luisa asegura que tiene miedo, “mi yerno una vez me cortó el gas y luego lo volvió a abrir, casi me muero por el gas”, recordó. “También estuve en el hospital donde me daban morfina como si fuera a morirme, pero unas personas evangélicas me rescataron de ese lugar, aunque después también me abandonaron, dejaron de venir a verme”, lamentó. Si bien recibe una pequeña ayuda económica del gobierno, a través de un subsidio y una cuota del programa Red Sol y asimismo un módulo alimentario municipal “que me dura una semana”, la entrevistada asegura que no le alcanza. “Cualquier cosa que necesito, el remis o el taxi me cobra 70 pesos, no puedo vivir así. Mi casa se cae a pedazos, el baño pierde agua y está todo el cableado suelto. También necesito una heladera para mantener los alimentos”. A pesar de esta situación, Luisa recibe ropa para el ropero comunitario con el cual ayuda a familias que están en situación apremiante. Tiene una vieja máquina de coser con la cual repara esta ropa y por ese motivo también solicita que aquellos que tengan prendas de vestir la puedan acercar a su domicilio en Pasaje García 53. También tiene un celular a su nombre y es el 15657261. (P23)
Martes, 17 de febrero de 2015
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